"No sé cuántos libros he escrito. Sé que son demasiados, pero su escritura fue indispensable para arribar a las contadas piezas que podrán, acaso, justificarme. Por demás el único antologista es el tiempo.
No todos mis relatos me desagradan. Rescatemos tres, que pueden ser cuatro o ser dos. El primero, La intrusa, una sórdida historia de orilleros, redactada - soy ambicioso - a la lacónica manera del joven Kipling. ?Puedo confiarles que mi madre me dio una de las últimas lineas? El tema es la amistad, esa intima pasión de los argentinos. El segundo, El Aleph, que congrega todos los puntos del espacio en un solo punto, como la eternidad de los teólogos congrega en un instante simultáneo todos los instantes del tiempo. El tercero, El sur, capaz de una lectura realista, de una lectura simbólica e de una lectura onírica. Muchos de mis mayores fueron soldados y buscaron la muerte en la llanura.
En cuanto a los poemas, el que suelo preferir es El Golem, cuya doble materia es la relación del artifice con la obra y de Dios con el hombre. También me gusta Limites, que fija una experiencia común.
El tiempo nos enseña a eludir equivocaciones, no a merecer aciertos."
Fonte: Gente y la Actualidad
sábado, 7 de fevereiro de 2009
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